Donde pone el ojo, pone el cartucho. Javier González López tiene quince años y ya es campeón mundial de tiro con armas deportivas de caza. Este placentino desde los cuatro años, porque nacer, nació en Avila, es el único extremeño de la selección española y del Campeonato del Mundo Compak-Sporting celebrado el mes de julio en Francia se trajo la medalla de bronce. Para ser su primer año en la competición, con menos años es que no se puede ni coger un arma, ya ha dejado claro que va a dar mucho que hablar. Solamente de junior le quedan todavía seis años para demostrar que es un tirador de raza.

Debe de ser genético porque también su abuelo y su padre han hecho sus pinitos. Pero ya les ha superado y además del buen papel que ha hecho también este verano en los campeonatos de recorridos de caza de Portugal y América, ha sido dos veces cuarto en España midiéndose con tiradores de hasta 21 años. "Por dos platos se me fue el campeonato de Valladolid y es que me fallaron los nervios". Pero es que eran dos de doscientos, lo que da idea de la concentración que requiere un tirador.

Por eso entrena duro a diario en el gimnasio y aprende técnicas orientales de concentración. Entre medias tiene que ir al colegio; hace tercero de ESO en La Salle. Luego los fines de semana tiene que irse a Monfortiño o a Madrid para poder hacer prácticas. "Aquí en Extremadura todavía no podemos así es que tenemos que hacer mínimo 250 y hasta 500 kilómetros para entrenar". Lo dice quien le lleva, su padre, Ignacio, muy popular en Plasencia porque regenta La Catedral, el restaurante. Por suerte los cientos de platos que lleva rotos su hijo han sido fuera.

Los aficionados conocerán de sobra al campeón Santiago Pastor, que ya hace dos años preguntó quién era este chico. Sería una premonición porque quien conoce el percal, sabe de la dificultad de este deporte. "Hay que tener mucha técnica y entrenar muy fuerte, pero sobre todo mucha concentración y saberte colocar porque un pie mal puesto puede echarlo todo a perder después de tirar cincuenta platos en una mañana de campeonato". El premio, en total, suma 200 platos.

Así que se lo disputa la federación manchega apelando a su origen abulense. "Pero la que se ha volcado conmigo es la federación extremeña y aquí me quedo" dice un jovencísimo Javier González López, que se siente un chico con suerte porque hace lo que le gusta, encima gana y conoce mundo. Salir, sale con los amigos, pero se controla. "Nunca he ido a un botellón, tampoco me apetece, pero es que una vez por ir a la feria casi la lío --confiesa tímidamente-- porque al día siguiente yo no estaba muy despejado en un campeonato provincial o autonómico. Me jugaba ir al de España y empaté. Al final gané, pero aprendí la lección".