La asociación ecologista francesa Pays de l'Ours-Adet, creada con el objetivo de asegurar poblaciones de oso pardo viables en el Pirineo, ha solicitado al Gobierno galo la autorización necesaria para liberar a dos hembras, una operación que se compromete a sufragar con fondos privados.

La entidad, que agrupa a diversos grupos ecologistas, asegura que la liberación se podría producir la próxima primavera o en 2014, "según la fecha de autorización", tal y como recoge su página web.

El director de la asociación, Alain Reynes, ha explicado que ya cuentan con el visto bueno de las autoridades eslovenas --las osas procederían de allí, como las seis hembras y dos machos liberados en 1996, 1997 y 2006-- , y ha asegurado que ya tienen los mecenazgos y patrocinadores comprometidos para pagar el coste de cada reintroducción, que estiman entre 40.000 y 50.000 euros por ejemplar, ha informado este viernes el diario 'Segre'.

Pays de l'Ours-Adet se ha comprometido a llevar cabo la totalidad de las operaciones, "para evitar cualquier debate sobre los gastos públicos en periodo de crisis", y considera que de este modo se da respuesta a la intención de la Comisión Europea de garantizar la protección del oso pardo.

Asimismo, considera que el visto bueno del gobierno francés "es suficiente para lanzar las operaciones", y precisa que las liberaciones se realizarían en los Pirineos Occidentales, para comenzar a restaurar la población amenazada de extinción en este sector, y en los Pirineos Centrales, para reforzar una población que considera que todavía no es viable.

30 osos

Los expertos calculan que actualmente habitan en el Pirineo unos 30 osos, todos ellos descendientes de los ocho plantígrados eslovenos, fruto del programa de reintroducción iniciado hace 15 años, aunque el 75% de las crías son hijos del macho Pyros.

En el núcleo entre Navarra y Huesca sobreviven dos machos aislados, mientras que es en la zona que va de Aragón a la Cerdanya --con la vertiente francesa-- donde se concentra el grueso de la población, en un sector que ocupa 180 kilómetros de longitud por 30 kilómetros de latitud.

La Generalitat destina unos 5.600 euros al año a compensar los ataques y muertes de ovejas que se producen cada año --una media de 16 cabezas de ganado--, en una tendencia a la baja fruto de las medidas paliativa adoptadas como la agrupación de rebaños y que, paralelamente, es mucho menos dinero del que puede generar el oso en sectores como el turismo.