El único uso que muchos conocen a la menta poleo es el de la infusión que facilita las digestiones pesadas. Un grupo de alumnos de Los Maristas de Badajoz, capitaneados por su profesor de Biología y Geología, Jerónimo del Moral, ha descubierto que esta planta de fresco aroma tiene otros poderes, como es el de depurar las aguas contaminadas de algas.

Así lo han demostrado en el trabajo de investigación que Alvaro Machón Benítez, Alba Rodríguez Pérez y Rafael Torres Fernández de Soria han desarrollado durante dos años bajo el título Plantas versus algas , que ha obtenido el segundo premio en el prestigioso Certamen Jóvenes Investigadores que convoca el Ministerio de Educación desde hace 23 años, con el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad de Málaga. Se presentaron unos 240 trabajos de toda España, de los que se seleccionaron 40, siendo el de Los Maristas el único que representó a Extremadura.

Desde hace 6 años en este centro funcionan equipos de investigación formados por alumnos que invierten incluso tiempo extraescolar. En Plantas versus algas han comprobado que existen plantas subacuáticas de ribera son capaces de destruir las microalgas que contaminan el agua. En un primer momento quisieron probar sólo con plantas autóctonas pero les fallaron los proveedores y sólo pudieron hacerlo con adelfas y menta poleo. El experimento con la primera resultó fallido e incluso la producción de algas era mayor. Probaron con otras cinco (cuatro de ellas foráneas) y la bacopa es la que mejor resultó.

Alvaro Machón explicó que optaron por este tema de investigación porque pretendían estudiar cómo limpiar el río Guadiana, que a su paso por la ciudad presenta una elevada contaminación de algas que están acabando con la vida de los peces. "Queríamos saber --añadió el profesor-- si de forma natural se puede restaurar el agua reincorporando plantas que se han ido eliminando de los ríos, sin necesidad de aplicar otras medidas invasivas y que el sistema funcionase solo".

Hace dos años consiguieron una ayuda de Caja Extremadura, con la que compraron el espectrofotómetro, que permite determinar la concentración de una disolución mediante un haz de luz que determina la cantidad de clorofila en el agua que estaban analizando, para así comprobar la presencia de algas microscópicas que estaba contaminándola. Lo "exitoso" del trabajo es haber demostrado, según Del Moral, que de seis plantas, cuatro han dado resultados positivos. Este profesor destaca que se trata de un trabajo novedoso, porque hasta ahora solo se habían probado métodos de depuración del agua con plantas que absorbían y se retiraban pero, en este caso, la planta permanece y ella misma regula la presencia de contaminan.