Música que se escucha desde los chiringuitos y música del loro del vecino. La segunda opción es la más temida por los bañistas. Si son dos los vecinos que confunden la playa con una discoteca y usted los tiene a ambos lados, puede acabar el día con dolor de cabeza. En caso de encontrarse con un vecino musical, lo mejor es no perder la calma y pedirle con educación que baje el volumen de la música.