Un hormiguero de visitantes tomó ayer la plaza de San Pedro y alrededores, 48 horas antes de que se celebre en ese escenario la ceremonia de beatificación de Karol Wojtyla. Las colas para visitar el templo rivalizaban con las aglomeraciones que se formaban para observar los preparativos.

A primeras horas de la mañana, el féretro de Juan Pablo II fue trasladado desde las grutas vaticanas hasta el lugar del templo donde se halla la tumba de san Pedro para que, mañana, después de ser convertido en beato, pueda ser visitado por los que acudan a la ceremonia.