El mundo se encuentra en una encrucijada. El Fondo de Población de la ONU (UNFPA) destacó ayer en su informe anual que el planeta ha alcanzado la mayor generación de adolescentes de la historia, 1.200 millones. Sin embargo, el futuro de estos jóvenes, de 10 a 19 años, está comprometido por la insuficiente inversión que se dedica a su bienestar. "De los medios que pongamos a su disposición en educación y salud dependerá este mundo cada vez más globalizado", advirtió ayer Marisela Padrón, responsable del organismo para América Latina y el Caribe.

Una quinta parte de los adolescentes viven en situación de pobreza extrema con menos de 85 céntimos de euro (140 pesetas) al día. La mayoría habita en países en desarrollo, sin padres o en situaciones de emergencia humanitaria, migración, discapacidad y mala salud.

Con el telón de la pobreza de fondo, el sida es el mayor azote de este segmento de la población, que sufre casi la mitad de las nuevas infecciones de VIH. Esto supone 2,5 millones de seropositivos al año y la tercera parte de la población mundial con sida.

Un problema añadido es que una mínima proporción de estos jóvenes sabe que están infectados. "Su incredulidad y la de muchos estados de que se trata de una epidemia global, la falta de campañas permanentes de prevención y los elevados precios de los medicamentos que las hacen inaccesibles constituyen un cóctel diabólico que impiden frenar la epidemia", lamentó Yuri Chillán, secretario general de la Organización Iberoamericana de la Juventud (OIJ).

La deficiente educación sexual y reproductiva es otro de los grandes problemas que afectan a los adolescentes. Las mujeres son las principales víctimas. Cada año, 14 millones de menores de 17 años dan a luz, a menudo con graves riesgos para su salud. También soportan la cuarta parte de los abortos realizados en malas condiciones, 20 millones al año.

EL SEXO, UN TEMA TABU

Uno de los problemas es que en muchos países no se puede hablar todavía abiertamente de comportamiento sexual porque es un tema tabú y se permiten matrimonios a edad muy temprana. El informe destaca también que 82 millones de menores de 17 años ya están casadas, lo que obstaculiza su educación y menoscaba las oportunidades que tienen ellas y sus hijos.

"Los estudios demuestran que una educación adecuada a la edad no propicia ni la promiscuidad ni el libertinaje, como sostienen algunos sectores retrógrados. Todo lo contrario, lleva a comportamientos responsables", subrayó Padrón. Estos comportamientos incluyen, además, desde la abstención sexual hasta la fidelidad a la pareja o la utilización correcta o sistemática de preservativos para evitar embarazos no deseados.