Aunque la población de lobos ibéricos se ha recuperado en los últimos años, el descenso demográfico vivido en los 70 afectó a la variedad genética. Un estudio de agosto del 2012 calculó que lo que los expertos llaman población efectiva desde el punto de vista genético es de solo 50 individuos, por la consanguinidad que se produjo en esa época. A largo plazo, la endogamia puede generar defectos genéticos y dificultad de adaptación.