Carmen Floriano Corbacho es conocida para mucha gente por ser la mujer de Manuel Veiga, el que fue presidente de la Asamblea de Extremadura y presidente de la Diputación de Cáceres. Pero tiene detrás una vida propia llena de experiencias, de trabajo, de familia, de amigos. Licenciada en Lenguas Clásicas por la Universidad de Salamanca y en Derecho por la Universidad de Extremadura, fue profesora de latín y de griego. Pero lo que esta semana la ha traído al Colegio Mayor Francisco de Sande de Cáceres han sido los poemas que ha recogido en Luz de hielo , su segundo poemario editado después de Paisajes del alma .

Lo de componer poemas, sin esfuerzo alguno, le viene de muy lejos. "Desde los 7 años", según ella misma. "Cada minuto hago un poema", le gusta decir. Y a pesar de esa facilidad para componer, no olvida a sus maestros. "He tenido profesores muy buenos que me han enseñado --dice--. El doctor Ricardo Senabre sobre todo. Como hiciera algo que nos les gustara, me echaban unas riñas horribles".

Pero la vida no es solo poesía y le tenía reservado momentos muy amargos. Hace 15 años sufrió un cáncer de mama que le supuso la amputación de un pecho. Después ha sufrido dos ictus, el último de ellos hace tres años, con consecuencias muy serias. Siente envidia cuando ve andar a una persona "porque no puedo salir a la cocina ni a por un vaso de agua", dice. Pero tan malo como la falta de movilidad fue la afectación cerebral, que le impedía componer poemas como siempre había hecho. "Lo pasé fatal --comenta-- porque cuando tuve el ictus no podía escribir ni una frase". Poco a poco se fue recuperando. Empezó componiendo "una frasecina" como ella dice y pensó que nunca podría volver a hacer una poesía. Pero en eso, afortunadamente, se equivocó.

Ayudar a los demás

Ahora recoge sus poemas en un libro con la única intención de ayudar a las personas que están pasando un mal momento. "Lo hago sobre todo para ayudar a otros que estén sufriendo igual que yo. Para que sepan cómo luchar". Y ella sabe de lo que habla. Incluso ahora, bastante recuperada, tiene que componer mentalmente sus poemas y los retiene en la memoria para dictárselos a sus hijos cuando estos tienen ocasión de anotarlos. Ella no puede escribirlos.

El libro no se va a poner a la venta, pero se van a hacer llegar copias a las principales bibliotecas y se va a inaugurar la página web www.carmenfloriano.com para que todo el que quiera pueda leer sus poemas.

"Ojalá mis poesías puedan hacerle bien a alguien", dice. Con ese deseo y con uno de sus poemas nos despedimos de ella. No me digáis que no hay alma. No me lo digáis siquiera. Si hasta en los ojos de un perro la veo transparente y bella .