TEtl bosque de los Ausentes: Dice Pilar Manjón que hay ataúdes que cuando se cierran, llevan dentro dos corazones. Ayer hizo dos años que el suyo se quedó en la caja donde enterraban a su hijo. De la misma manera, otras 190 cajas se llevaban el corazón de la hermana, del novio, de la hija, del hermano, del marido, de la mujer...

Dos años, y la ausencia sigue reclamando el llanto. Y las lágrimas siguen pidiendo razones donde justificarse, razones con nombre propio, 191 razones que calmen las heridas, 191 heridas, 191 noches en vela, y días, y más noches, y más días, y más lágrimas.

Dos años ya, y todavía no hay cicatrices, sino escozor, latido, y desconcierto. Y dolor, mucho dolor, más, si eso es posible, que el de aquel 11 de Marzo de hace una vida entera, o sólo de ayer, porque el tiempo no pasa cuando el corazón se ha quedado mudo, al lado de otro corazón.

Dos años ya, y pasarán otros, de dos en dos, de cuatro en cuatro, de cien en cien.

Pero su memoria seguirá siempre ahí, intacta, levantándose, creciendo en la copa de los árboles que gritan un número exacto. 191 árboles. Y un bosque, con nombre de poema, donde otros corazones intentan comprender la sinrazón y el sinsentido.

Dice Pilar Manjón que ahora muchos la llaman la señora de negro , y yo le digo desde esta página, a ella y al resto de los que se quedaron huérfanos el 11 de Marzo, que todo Madrid sigue vistiendo de luto, y que nuestros corazones, como los de tantos que lamentan el horror, también se quedaron con los suyos.