La campaña publicitaria de Renault que ha causado delicadas tensiones matrimoniales en Holanda --30.000 mujeres recibieron una carta en la que un hipotético amante les invitaba a tomar una copa-- tiene antecedentes en España. Otra empresa automotriz, Fiat, provocó en 1994 un malestar generalizado, la protesta de varias organizaciones de consumidores y de miles de mujeres al enviar a 50.000 de ellas una falsa misiva de amor para promocionar su modelo Cinquecento.

"Ayer nos volvimos a ver. Nos cruzamos por la calle y noté que me mirabas con interés. Pero nuestra relación no pasa de esto y no quiero que siga así. Necesito conocerte y que me conozcas, porque estoy seguro de que estamos hechos el uno para el otro", comenzaba el mensaje anónimo. El pretendido admirador iba más lejos y proponía "una pequeña aventura".

Muchas mujeres se sintieron vigiladas y hasta acosadas, casi siempre sin tener idea de quién podía haberles escrito la carta, de papel rosa. Cuatro o cinco días después llegó una segunda carta en la que Fiat se destapó como el remitente. Pero el daño ya estaba hecho.