La policía de Tokio se ha llevado una sorpresa cuando, al realizar una revisión del censo de las personas más ancianas de la ciudad, ha descubierto que Sogen Kato, que se creía que era el hombre más viejo, yacía momificado en su cama. La autopsia no ha permitido precisar una fecha concreta de su muerte, pero cerca de su cama se han hallado periódicos de noviembre de 1978, según publica el diario Japan Today.

Sogen Kato, nacido en 1899, habría cumplido 111 años este año. Al parecer, el anciano se había recluido en su habitación hace más de 30 años porque quería convertirse en un "Buda viviente", según han declarado sus familiares, que, al parecer, no se atrevieron a desobedecer al anciano y nunca abrieron la puerta, al menos hasta el pasado marzo, en que descubrieron la momia del anciano. En la casa vivían la hija de Kato, de 81 años, su marido, de 83, y los hijos de ambos, de 53 y 49.

POSIBLE DELITO DE FRAUDE

La familia de Kato se enfrenta ahora a una posible acusación de fraude. A pesar de haber muerto, el anciano seguía recibiendo su pensión de viudedad, de 85.000 euros anuales, desde que en el 2004 falleció su esposa, a los 101 años. Una cuarta parte de esta suma fue retirada de su cuenta corriente a principios de mes, cosa que ha reforzado las sospechas de los investigadores.

Las autoridades habían intentado en diversas ocasiones contactar con Kato, el hombre más viejo de Tokio, pero la familia siempre les puso excusas, como que había salido de viaje o que el anciano quería estar solo. "La familia estaba al corriente de la situación. Y han actuado como si nada hubiera pasado. Es terrible", ha declarado un responsable de los servicios sociales.