La comisaría de la Policía Nacional de Alcalá de Henares ha abierto una investigación sobre el caso de la mujer que se suicidó el sábado tras difundirse entre sus compañeros de trabajo un vídeo sexual suyo de hace cinco años, según confirmó ayer la Jefatura Superior de la Policía de Madrid. La investigación se ha iniciado de oficio, ya que la fallecida no había interpuesto denuncia. Los agentes están analizando el vídeo que se filtró y comprobando quiénes lo compartieron y si la mujer pudo sufrir acoso por este motivo por parte de algunas personas de la empresa que trabajaba, del grupo Iveco.

También el sindicato CCOO denunciará a Iveco Madrid ante la Inspección de Trabajo por no activar el protocolo de acoso sexual en el caso de la trabajadora que se suicidó la semana pasada después de que circulase entre los empleados vía WhatsApp un antiguo vídeo sexual de la fallecida, que se llamaba Verónica, tenía 32 años, marido y dos hijos. CCOO tiene claro que se trata de un asunto laboral, algo que niega la empresa, que circunscribe lo sucedido al ámbito estrictamente personal.

El expediente que pueda abrir Trabajo se sumará a dos investigaciones más a la iniciada por la Policía a instancias de la Fiscalía de delitos informáticos para aclarar lo sucedido y encontrar a los responsables. Los agentes están analizando el vídeo que se filtró -grabado hace más de cinco años- y comprobando quiénes lo compartieron.

La sospecha es que un examante de la mujer, también trabajador de Iveco, pudo mandar a sus compañeros la grabación después de ser rechazado por la chica con la que tuvo hace seis años una relación y con quien quería reanudarla. La Policía trata de saber también si la víctima pudo sufrir acoso por este motivo por parte de otros empleados. Después de que las imágenes se hicieran virales, era común que algunos fueran a su puesto de trabajo a señalarla y a enseñarle a los que no la conocían quién era la famosa protagonista de la tórrida escena. La responsabilidad penal podría llegar hasta todos los trabajadores de la empresa que compartieron la grabación por haber podido incurrir en un delito de revelación de secretos, que tiene unas penas de entre tres meses y un año de cárcel. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), por su parte, ha iniciado una investigación de oficio de oficio para determinar si se ha vulnerado la normativa que regula la intimidad de los datos personales.

CONCENTRACIÓN EN LA EMPRESA / Unos 150 empleados se congregaron ayer durante 10 minutos a las puertas de la empresa para lamentar la muerte de su compañera. A Verónica le producía especial angustia lo que opinaría su marido, que también trabaja en la empresa y a quien le llegó el vídeo. Al saber que él había visto las imágenes, la mujer sufrió una crisis de ansiedad. Al día siguiente se suicidó en su casa de Alcalá de Henares (Madrid). No solo circulaba por varios de los grupos de WhatsApp de los empleados sino que algunos de ellos reconocen haberlo recibido de contactos ajenos a la empresa.

Fuentes de CCOO explicaron que, una vez empezó el intercambio del vídeo entre los compañeros, el sindicato se puso en contacto con Verónica para informarle de que podía solicitar la activación de un protocolo de prevención de acoso y denunciar a la persona que había difundido las imágenes por vulneración del derecho a la intimidad y por violencia machista. En un comunicado, CCOO explicó que acompañó a la víctima a una reunión con la dirección de la empresa para notificar lo que había ocurrido y quién había iniciado la transmisión del vídeo.

En esa reunión, según la versión del sindicato, Iveco respondió que se trataba «de un asunto personal y no de ámbito laboral», así que descartó emprender medida alguna. A juicio de CCOO, la empresa «incumplió sus obligaciones de protección de la salud de la trabajadora que establecen la ley de prevención de riesgos laborales y la ley de igualdad.