La Policía Nacional ha recuperado numerosas piezas precolombinas de gran valor que formaron parte de una exposición que tuvo lugar en 1997 en Santiago de Compostela y cuyo comisario ocultó en un almacén acorazado sin que fueran restituidas a sus países de origen. Según informó hoy la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, la exposición estaba integrada por 1.800 piezas arqueológicas que fueron depositadas en los bajos de un domicilio por el comisario, que, procesado por las autoridades judiciales de Perú, se encuentra en paradero desconocido.

Parte de los objetos, los que han sido reclamados por las autoridades peruanas, fueron ya entregados al embajador de Perú en España y han quedado depositados en el Museo de América de Madrid hasta que sean trasladados hasta su país de origen. El pasado mes de enero, la Policía recibió informaciones desde Perú que indicaban que las piezas podrían encontrarse aún en España, después de diez años sin noticias ni del organizador de la muestra ni de los objetos expuestos.

Las investigaciones realizadas por la Brigada de Patrimonio Histórico, que han contado con el apoyo de la Xunta de Galicia, permitieron localizar 1.800 piezas de la colección escondidas en un almacén de estructura acorazada en los bajos de un domicilio. Tras varios requerimientos al depositario, se consiguió su autorización para realizar un inventario y fotografiar la totalidad de las piezas de la colección.

Las fotografías y el inventario fueron remitidos a Perú y al resto de países a cuyas culturas pertenecen las piezas inmovilizadas, por si la salida de los respectivos países tuviera un origen ilícito. Así, en junio se recibió una comisión rogatoria desde el Juzgado de lo Penal número 33 de Lima que solicitaba la intervención de 31 piezas y, después de que las autoridades judiciales españolas accedieran a la petición, se autorizó su devolución a través de la Embajada de Perú en España.

Diez de los objetos intervenidos son vasijas de cerámica, mientras que hay otras 21 piezas de oro y de cobre. Según la Policía, mientras las cerámicas proceden de culturas de la costa norte de Perú, sin que se pueda determinarse la situación exacta del yacimiento objeto de expolio, la mayoría de las piezas metálicas proceden de uno de los yacimientos más importantes de ese país, la tumba del "Señor de Sipán", perteneciente a la cultura Mochica.

Este yacimiento, representativo de la cultura precolombina peruana, fue objeto de expolio hacia 1986 cuando saquearon la tumba y se sustrajeron numerosos objetos de su interior. Los investigadores han determinado que las piezas intervenidas proceden sin duda de este yacimiento y, de ellas, las más importantes son 4 máscaras de cobre, 4 cuentas de collar de oro, 4 sonajeros de oro, un protector coxal de oro, 4 narigueras de oro, un bastón y un vestido formado por 37 láminas de oro.