Los agentes locales implicados en la red de corrupción policial detectada en el municipio madrileño de Coslada utilizaban droga incautada para ponerse a tono en las orgías que organizaban con prostitutas. Así lo reconoció ante el juez uno de los miembros de esta trama que ha puesto en pie de guerra a los habitantes de este pueblo. Los jueces de guardia que han interrogado a los detenidos han decretado prisión incondicional para 13 de los 15 agentes, entre los que figura el jefe de la policía local, Ginés Jiménez.

La operación Bloque , que era el curioso nombre bajo el que operaba este grupo de policías dedicado a la extorsión de dueños de locales nocturnos y prostitutas, se puso en marcha hace tres meses cuando una meretriz rumana denunció la existencia de esta trama en el marco de una investigación contra una mafia rumana especializada en trata de blancas. La Brigada de Policía Judicial practicó las detenciones el pasado jueves en medio de un clima de enorme crispación entre los ciudadanos de Coslada, que se agolparon en las inmediaciones de la comisaría para increpar a los agentes detenidos.

LA CONFESION Los presuntos miembros del clan terminaron de declarar en la madrugada de ayer, mientras una veintena de familiares aguardaba a las puertas del juzgado. Entre ellos se encontraban las mujeres y novias de los detenidos, que pasaron el mal trago de enterarse de las frecuentes visitas de sus parejas a los burdeles por uno de los abogados. "He tenido que decirles la verdad", declaró el letrado antes de precisar que varios de los agentes reconocieron que estuvieron con prostitutas "pero siempre pagando". Uno de los cargos que se les imputan es coaccionar a estas profesionales para obtener sus servicios gratis. También se les acusa de chantajear a los dueños de bares y amenazarles con redadas masivas en sus locales para ahuyentar a su clientela. Algunos de los agentes reconocieron haberse quedado con dinero de un robo y una caja de marihuana, que se fumaron en una de las orgías que montaban con las prostitutas.