La monarquía británica ha acabado herida de muerte el 2002. Un sondeo del Sunday Observer dio ayer parte de tal descalabro: sólo uno de cada dos británicos augura que los Windsor seguirán en el trono más de 20 años y uno de cada cuatro cree que la institución no vivirá 10 años tras la muerte de Isabel II (en la foto, el día de Navidad).

En este annus horribilis ha habido dos funerales --la princesa Margarita y la reina madre-- y dos juicios contra mayordomos. El príncipe Enrique se reveló como un camorrista y fumeta, y Sophie Rhys-Jones cargó contra Cherie Blair y contra la reina.