La inminente decisión acerca del cierre de la central nuclear de Garoña (Burgos) tiene revolucionados a ecologistas y grupos pronucleares para atraer al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero hacia sus tesis. Antes del próximo mes de julio, el Gobierno ya debe decidir si clausura la central más antigua de España o, por el contrario, prorroga 10 años más su funcionamiento, lo que supondría un claro incumplimiento de su compromiso electoral de cerrar las centrales al final de su vida útil. Clausurarla, por otra parte, le acarrearía críticas por renunciar en plena crisis a una fuente energética barata de una central ya existente.

A LA ESPERA DE LOS EXPERTOS El Ejecutivo no ofrece ninguna pista sobre hacia qué lado se inclinará, con el argumento de que primero tiene que escuchar la opinión de los expertos. El Consejo de Seguridad Nuclear tiene que emitir antes del 5 de junio su veredicto sobre la petición de prórroga que han realizado los dueños de la central, Iberdrola y Endesa. Pero su opinión solo es vinculante si opta por su clausura. Por el contrario, si dictamina que la central cumple los requisitos de seguridad suficientes como para continuar su actividad, el Ministerio de Industria aun así podría acordar su desmantelamiento. Por tanto, es una decisión política.

Tanto en el Ejecutivo como en el PSOE hay voces encontradas. Esta semana, la fundación vinculada al partido que dirige el exministro Jesús Caldera apostó por un futuro energético dominado en exclusiva por energías renovables, mientras el expresidente Felipe González se mostró partidario de "abrir un debate" sobre el futuro de la energía nuclear en el seno de la UE.

El asunto ha sido debatido también en el reciente debate del estado de la nación. PSOE, PP y CiU se aliaron para rechazar una resolución de IU-ICV en la que se exigía el cierre de la central que, después de 40 años, llega al final de su vida útil, lo que no significa necesariamente que el Gobierno acabe cerrándola.

Precisamente esta semana, la presidenta del lobi de las nucleares --el foro de la industria nuclear española-- María Teresa Domínguez, aleccionó a sus señorías acerca de las ventajas de una energía "barata, segura, limpia y que genera trabajo y desarrollo económico". Por eso consideró "un atropello" que se acuerde la clausura de Garoña, una central "clasificada entre las más eficientes del mundo". El foro ha convocado el próximo martes a los medios de comunicación para tratar el asunto.

Mientras tanto, los ecologistas han movilizado toda su maquinaria informativa. Agrupados en una coordinadora, han emitido comunicados recordando al Ejecutivo su compromiso de cierre de nucleares, e incluso se han manifestado ante el Ministerio de Industria, al que acusan de poner "palos en la rueda" de las energías limpias. Su titular, sostienen, "mantiene una actitud pronuclear contraria al compromiso electoral adquirido por el PSOE". Además, se manifestaron ante la sede de Iberdrola en Bilbao, propietaria, junto con Endesa, de la central nuclear.