El ministro de Trabajo e Inmigración dijo ayer que al ritmo que van las iniciativas para denegar la entrada en las dependencias públicas a todo el que acuda con burka, llegará un momento en que estas serán más numerosas que las mujeres que en España portan el velo integral. Celestino Corbacho, en declaraciones a la televisión autonómica catalana, se refería a las mociones municipales, dejando de lado la que hoy --siempre que la mesa del Senado no la retrase un día-- se tramitará a nivel estatal, en la que el PP defiende la necesidad de prohibir la prenda en la calle, no solo en los edificios de la Administración. El PP pretende presentarse así en España como el partido que lidera la ola antiburka que recorre Cataluña, ante los titubeos socialistas.

El PP, reza la iniciativa, presentada por la senadora y presidenta de la formación en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, "insta al Gobierno a realizar las reformas legales y reglamentarias necesarias para prohibir el uso en espacios o acontecimientos públicos que no tengan una finalidad estrictamente religiosa, de vestimentas o accesorios en el atuendo que cubran completamente el rostro". La moción, no vinculante, es de éxito incierto: tanto CiU como el PNV debatían ayer cómo posicionarse, mientras que el PSOE y la Entesa, integrada por unas fuerzas del tripartito catalán que salvo ICV-EUiA no logran articular un discurso coherente en todo el territorio, presentarán enmiendas totales al texto.

Según fuentes del PSOE, su propuesta irá en la senda marcada por su secretaria de organización, Leire Pajín, en la entrevista que ayer publicó este diario: "Rechazo de su empleo, crítica a la demagogia del PP, aplicación del actual ordenamiento para resolver los problemas que su uso pueda plantear y trabajo para erradicar su utilización en nuestro país". La de la Entesa, que anoche continuaba redactándose, pedirá "un mayor debate" antes de tomar una decisión. Quizá hoy lleguen ambos grupos a un acuerdo transaccional, sin embargo, ayer las enmiendas seguían siendo distintas.

EL ´EFECTO NAZARENO´ La moción del PP sorprende por la exención del veto al velo integral en los actos "religiosos". Ni el burka ni el niqab son "símbolos religiosos", sostuvo el sábado Sánchez-Camacho. Sin embargo, si la moción prosperase sin el privilegio para los actos confesionales de que puedan acoger a personas con la cara tapada, esta tendría un efecto que nada tiene que ver con lo que en principio busca, más allá del tacticismo político, la prohibición del velo integral: los nazarenos quedarían fuera de la ley.

Y sin que mediase la futura, y retrasada, norma de libertad religiosa, que tiene en el PP un enemigo. El pasado miércoles, los titulares de Justicia e Igualdad, Francisco Caamaño y Bibiana Aído, abogaron porque dicha ley limitase el burka en edificios públicos, pretensión frenada un día después por la vicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega, mostrando que el Gobierno no es del todo coherente en este asunto.