El Partido Popular (PP), que gota a gota va dejando entrever qué hará si como vaticinan todas las encuestas alcanza la Moncloa el próximo 20 de noviembre, mostró ayer que en la lucha contra el cambio climático se sitúa varios pasos por detrás de la postura del Gobierno socialista. La formación liderada por Mariano Rajoy avisó de que con la actual crisis no apoyará que la UE se fije como objetivo para el 2020 una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del 30% respecto a las emitidas en 1990, en lugar del 20% ya comprometido. Esta posición alinearía a España con países como Italia o Polonia, frente al deseo de Francia y Alemania, al que se sumó el Gobierno del PSOE, de ser más ambiciosos y exigir el 30%.

El PP se abstuvo y presentó un voto particular a las 101 recomendaciones contra el cambio climático aprobadas ayer por amplia mayoría en las Cortes. La diputada popular María Teresa Lara consideró que la recesión económica impide poner en práctica las peticiones que propone el texto y avisó de que un Gobierno capitaneado por los conservadores no suscribirá ningún compromiso vinculante de emisiones tras el 2012, fecha en la que expira el Protocolo de Kioto, si no existe una promesa "de similar intensidad" por parte de todos los países desarrollados. "De poco sirven los esfuerzos de la UE si los grandes emisores como China y Estados Unidos no se comprometen también a disminuir emisiones", argumentó .

La portavoz popular explicó que su partido considera que "la lucha contra el cambio climático es una oportunidad para crear empleo", pero se opone a una política de reducción de emisiones que en su opinión lastra la "competitividad de la industria europea".