El aeropuerto de El Prat ha operado 535 vuelos y ha cancelado 22 hasta las 18.30 horas de ayer en una lenta vuelta a la normalidad tras el caos vivido a raíz de las protestas de los trabajadores de tierra de Iberia que obligó a cerrar el aeropuerto el viernes.

A media tarde, la terminal A registra una normalidad casi absoluta para un 30 de julio, habitual día de salida de vacaciones masivo y es la terminal B la que sufre más colas, aunque se han ido reduciendo a lo largo del día.

Pese a todo, hay vuelos que registran retrasos de entre tres y cuatro horas.

Por las terminales se pueden ver carteles de protesta de los usuarios, en los que se leen consignas como "estamos tomando pastillas para la malaria para no pasarla en Barcelona" o "Iberia nunca máis".

Los problemas con la facturación de maletas y los casos de centenares de personas que al llegar al mostrador de facturación se han enterado de que su vuelo ya estaba cerrado han sido los principales motivos de queja de los usuarios.

Los pasajeros han soportado colas, especialmente largas frente a los mostradores de facturación de Iberia que ayer llegaron hasta las cuatro horas.