UNO de los grandes retos a los que se ha enfrentado desde siempre la medicina, el de acabar con el dolor, centró ayer el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2010 al reconocer las aportaciones que en este campo han llevado a cabo los bioquímicos estadounidenses David Julius y Linda Watkins, y el israelí Baruch Minke.