El presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Robert Zollitsch, ha reconocido que la Iglesia católica "ocultó conscientemente" casos de abusos sexuales de menores cometidos por religiosos. "Sí, es cierto que eso ocurrió en nuestro seno, pero desde hace años venimos emprendiendo el camino contrario", afirma Zollitsch en una entrevista con el semanario Focus.

El arzobispo de Friburgo insiste en que el abuso de menores es algo que fue ocultado "durante décadas por toda la sociedad", no exclusivamente por la Iglesia. Si bien todo apunta a que "la mayoría de los casos tiene lugar fuera del entorno eclesiástico", es especialmente grave si ocurren en la Iglesia, dice Zollitsch.

"Me avergüenza y me asusta que se hayan producido tantos abusos en nuestra institución. Cada caso ensombrece la imagen de toda la Iglesia", lamenta. Pese a todo, Zollitsch ve con cierto escepticismo la propuesta de los obispos bávaros de modificar los reglamentos internos e imponer la obligatoriedad de denunciar a la fiscalía todo caso sospechoso, independientemente de si la víctima así lo desea.

El reglamento actual contempla que la denuncia solo se lleva a cabo con el consentimiento de la víctima. Según el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, existen muchos casos en los que las víctimas quieren hablar sobre su sufrimiento, pero no quieren denunciarlo oficialmente a las autoridades.

PROBLEMAS MORALES

"Eso nos genera problemas morales, pues sin duda tenemos interés en que se castigue a los autores y haya una sentencia", afirma el arzobispo, quien advierte de los problemas de denunciar sin pruebas y solo bajo una sospecha. "Con falsas inculpaciones se puede acabar moralmente con la vida de alguien. Eso es algo que se medita poco en estos tiempos de debates acalorados", afirma.

Zollitsch no ve relación entre los casos de pederastia en el seno de la iglesia y el celibato, "al menos no de forma directa", pues, a su juicio, en pocas profesiones se profundiza tanto en la madurez emocional como durante el seminario.

"Si en la preparación para el matrimonio hubiera solo una décima parte del esmero que se da a la formación de la personalidad (en la preparación de los curas), la unión entre un hombre y una mujer marcharía mucho mejor", afirma el arzobispo.

Zollitsch es considerado del ala menos conservadora de la Iglesia y en una entrevista anterior se había manifestado a favor de debatir sobre el celibato, una institución que él no ve como teológicamente necesaria. Durante la asamblea de la conferencia episcopal celebrada a finales de febrero, se nombró a un encargado para investigar todos los casos de pederastia.

ACUSACIONES PERSONALES

Este fin de semana, el presidente de la conferencia episcopal tuvo que defenderse de acusaciones que le implicaban personalmente de haber ocultado un caso de pederastia cuando era responsable de recursos humanos en el arzobispado de Friburgo.

En el 1991 Zollitsch ordenó la jubilación anticipada de un párroco que, entre el 1968 y el 1991 había abusado de al menos 17 niños y adolescentes, en su mayoría monaguillos, pero no denunció el caso a la Fiscalía. Tras jubilarse, el párroco reincidió y, confrontado a los hechos y después de que esta vez la diócesis sí denunciara el caso a la fiscalía, el cura acabó suicidándose.

En una rueda de prensa convocada el sábado para explicar este caso, destapado por la prensa, Zollitsch afirmó que siempre actuó "con la mejor conciencia posible", pero reconoció que, de producirse ahora, "buscaría con mayor consecuencia testigos y víctimas" de los casos de pederastia.