PESE a lo casi indecente de la hora de la cita --a las seis de la mañana--, la convocatoria tuvo un éxito tal que la policía ni siquiera se atrevió a intentarlo. Y es que, a ojos de los miembros de las distintas asambleas de barrio nacidas a partir del 15-M, lo indecente es echar de sus casas a familias sin recursos; algo que ayer tenía todos los puntos de suceder en el 109 de la calle de Sant Pau, en el Raval, pero que el movimiento vecinal logró parar (de forma temporal). En este caso no se trata de un desahucio por impago de la letra de la hipoteca o del alquiler sino de nueve viviendas okupadas, algunas por familias con niños en situaciones de pobreza extrema, previamente desahuciadas de otros lugares.