Andrés Mariscal tiene 7 años, y desde hace un mes su vida no depende de transfusiones sanguíneas ni tiene marcado el calendario a causa de la grave anemia congénita que padecía. Médicos del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla le han trasplantado con éxito células del cordón umbilical de su hermano Javier, seleccionado genéticamente para esta labor al ser la única opción terapéutica válida. A partir de ahora, tan solo tendrá que someterse a un tratamiento médico de seis meses para evitar posibles infecciones. Podrá hacer vida normal, ya que los facultativos tienen la "certeza razonable" de que ya no padece la enfermedad.

Se trata de un caso único en el mundo, y el primero que se realiza íntegramente en el sistema sanitario español. Y es que aunque a diario se realizan trasplantes de células madre de cordón umbilical, tiene la peculiaridad de que el donante fue seleccionado genéticamente para que naciera libre de la enfermedad --que Andrés heredó de sus padres-- y fuera compatible con el receptor, para de esta manera evitar el rechazo.

DILEMA ETICO Mientras sectores católicos reabrían el debate sobre el posible dilema ético de la concepción de Javier para salvar a su hermano, todas las autoridades científicas se felicitaban ayer por el hito conseguido por la biomedicina española y la investigación con células madre. Uno de los médicos que han hecho posible el milagro, Guillermo Antiñolo --responsable de la Unidad de Genética y Reproducción Asistida del Virgen del Rocío-- zanjaba el tema asegurando que la polémica es ficticia. "Ya hubo debate en su momento, y ahora solo lo cuestiona un sector de la Iglesia católica", afirmó. Más tajante se mostraba la madre de los dos menores, la gaditana Soledad Puertas, que afirmaba estar tranquila porque no ha hecho "nada malo".

"Respeto la opinión de todos y pido que respeten la mía", decía tras dar a conocer la curación de Andrés. Cuando le comunicaron que se trataba de la única opción médica posible no lo dudó. "Queríamos otro hijo que naciera sanito, y además así podíamos curar al mayor", subrayó.

Andrés nació con una beta-talasemia mayor, un tipo de anemia muy grave que le obligaba a vivir dependiente del hospital y acortaba su esperanza de vida hasta los 25 años. La única curación era un trasplante de células sanguíneas, pero en la red internacional de donantes --con 11 millones de personas-- no hallaron ninguno compatible, por lo que los médicos plantearon la posibilidad de la selección genética mediante diagnóstico genético preimplantatorio. Los progenitores solicitaron esta opción y, tras ser aprobada por un comité ético, se procedió a seleccionar el embrión sano y con un perfil de compatibilidad absoluta.

El bebé nació en octubre y en enero su hermano mayor se sometió a unas fuertes sesiones de quimioterapia para eliminar las células de su médula ósea. Desprovisto de células madre en la médula, una transfusión de la sangre del cordón umbilical permitió que su cuerpo empezara a generar glóbulos rojos sanos.

RAPIDA RECUPERACION Un mes después de recibir el alta, Andrés tiene ya el 95% de la sangre de su cuerpo "limpia" de la anemia, según los médicos, y está curado. Existe una certeza razonable de que continuará así de por vida. La madre corrobora la recuperación: "Tiene ganas de comer, de jugar. Está más fuerte". Pero el niño no olvida el tiempo en hospitales e incluso dice que de mayor quiere ser hematólogo.

Andalucía es la única comunidad que ofrece en su servicio público de salud el diagnóstico genético preimplantatorio, una técnica limitada a una serie de enfermedades concretas y que, como enfatizan los médicos, no es la panacea de cualquier mal. Otras tres familias, dos de Extremadura, han solicitado un trasplante compatible.