Los primeros humanos que llegaron a la isla de Flores, en Indonesia, no tuvieron un camino fácil. Desde la península Malaca, debe saltarse primero a Sumatra, luego a Java, Bali, Batara, Sumbawa.... Las distancias son pequeñas para un navegante del siglo XXI, pero los estrechos raramente miden menos de 30 kilómetros y se necesita ser David Meca para atravesarlos a nado.

En épocas de glaciación, el nivel del mar baja y surgen puentes entre islas. De hecho, los humanos modernos llegaron caminando a Gran Bretaña pese a que el actual Canal de la Mancha supera los 100 metros de profundidad. Y lo mismo sucedió con Java y Sumatra, que durante milenios quedaron engarzadas a Malaca. Sin embargo, la evidencia geológica muestra que la lejana Flores jamás estuvo unida al resto de Asia. Tampoco hay fósiles de la gran fauna prehistórica que habitó en Java y otras islas de Indonesia.

Sin embargo, Flores tuvo pobladores humanos. No sólo los Homo floresiensis , la enigmática especie pigmea presentada ayer por investigadores australianos, sino también sus supuestos antecesores. En 1989, el mismo equipo del profesor Mike Morwood localizó en la isla herramienptas de piedra de hace 800.000 años y las atribuyó, no sin polémica, a Homo erectus . En su opinión, no cabía otra posibilidad.

La procedencia

Los Homo erectus son el resultado de una migración africana muy anterior al surgimiento de los sapiens. En Java se han hallado restos con 1,8 millones de años, mientras que los hombres modernos llegaron hace apenas 50.000.

Una tempestad podría arrastrar hasta Flores a un náufrago asido a un tronco, pero es una hipótesis increíble para trasladar una comunidad viable. Y la navegación es una habilidad compleja: para coger troncos de bambú y enlazarlos en forma de barca, por ejemplo, se necesita una destreza que siempre se ha considerado propia del hombre moderno. De hecho, hasta ahora se creía que los primeros navegantes fueron los sapiens que recorrieron Indonesia y llegaron a Nueva Guinea y Australia hace 40.000 años. Se pensaba que navegar era una habilidad excesiva para un Homo erectus, pero los nuevos hallazgos plantean dudas. "Sus capacidades deberían ser revisadas", esgrime Morwood. ¿También llegaron a Australia?

Además de los dos adultos publicados en Nature , los investigadores han desenterrado otros siete. Han sido datados entre 95.000 y 13.000 años de antigüedad, lo que significa que el Hombre de Flores se solapó en el tiempo con los humanos modernos. Estos debieron de pasar por Flores para llegar a Australia, aunque se ignora qué tipo de interacción pudo haber entre ambas especies. Los expertos sospechan que el Homo floresiensis se extinguió tras una gran erupción volcánica hace 12.000 años, aunque leyendas locales sugieren que podrían haber vivido hasta tiempos más recientes.