Durante los próximos seis meses, alrededor de 300 profesionales de cinco áreas de atención a la dependencia y ocho áreas de salud de Extremadura participarán en un proyecto pionero en España, El simulador de edad , mediante el cual conocerán de primera mano los problemas y limitaciones que conlleva la llegada de la vejez.

El proyecto --muy importante ya que las estadísticas apuntan que para el año 2050 alrededor del 30% de la población será mayor de 65 años-- fue presentado ayer en Don Benito por los investigadores y promotores: la Universidad de Extremadura y el Ayuntamiento de Santa Amalia en colaboración con la empresa alemana Meyer Hentschel.

La investigadora principal, Teresa Gómez, explicó que se trata de un traje de seis kilos y medio de peso. Está compuesto de mono y chaquetón con dos coderas que se colocan a distinto nivel de ajuste y dos rodilleras de neopreno, además de los implementos que lleva anexos el mono en la parte trasera de las rodillas y que tiran del cuerpo hacia abajo produciendo una sensación de cansancio transcurridos unos diez minutos. También, tiene unos anexos en los lumbares, para dificultar la movilidad. Por otra parte, cuenta con un casco con un cristal amarillo, a través del cual, se ven distorsionadas las figuras por tener anexionados unos puntos que simulan la degeneración de la mácula. Para sensibilizarse con los problemas aditivos de las personas mayores, se utilizan unos auriculares que simulan una sordera media-leve, y para dificultar la aprehensión, unos guantes de algodón.

El procedimiento que seguirán todos los profesionales participantes en el proyecto consistirá en experimentar durante 30 minutos un recorrido predeterminado, durante el cual el sujeto deberá desplazarse con el traje subiendo y bajando escaleras, cruzando por semáforos y leyendo carteles. Además, hará actividades que conlleven tener que agacharse o sentarse.

También, se pasará un cuestionario pre-experiencia que servirá para medir el conocimiento y las actitudes sobre las limitaciones que aparecen con la edad, y un cuestionario post-experiencia, para comprobar si se producen cambios de conocimiento.

El objetivo de la investigación será validar el simulador, gafas, bastones y sillas de ruedas para el empleo en diversas poblaciones. En cuanto al desarrollo tecnológico las conclusiones de esta investigación deberían servir, según explicaron los promotores, para el diseño de simuladores de bajo coste con el departamento de biomecánica de la universidad extremeña.

Participarán en este proyecto, que tiene un presupuesto cercano a los 32.000 euros, enfermeros, auxiliares de enfermería, de ayuda a domicilio y dependencia y terapeutas ocupacionales, entre otros.