Nueva York amaneció ayer cubierta por una capa de nieve de casi medio metro. La ciudad que nunca duerme fue una de las más fuertemente golpeadas el domingo por el primer gran temporal del invierno en la costa este de EEUU. El caos llegó horas más tarde en forma de cancelaciones en los aeropuertos e interminables atascos en las principales carreteras.

De los seis vuelos que El Prat tenía previstos ayer con salida o llegada en aeropuertos neoyorquinos, cinco fueron suspendidos. Barajas tenía previstas 25 operaciones con la costa este, de las que nueve fueron anuladas. AENA indicó que el restablecimiento de las conexiones dependerá de las instalaciones estadounidenses.

Cuando los estadounidenses se disponían el domingo a volver a casa tras el final de las vacaciones de Navidad muchos se vieron obligados a cancelar sus planes por las nevadas y rachas de viento de hasta 130 kilómetros por hora. El tránsito en las principales vías de Nueva Inglaterra permanecía ayer interrumpido y solo en la ciudad de Nueva York tuvieron que cancelarse más de un millar de vuelos.

Aunque el temporal había remitido ayer por la mañana, las autoridades aeroportuarias no esperaban que volviera la normalidad hasta mañana. Decenas de miles de estadounidenses seguían atrapados en distintos puntos del país a la espera de que se reabrieran las pistas en el John F. Kennedy, La Guardia y Newark, los tres aeropuertos de la ciudad de Nueva York.

Delta Airlines, la segunda aerolínea más grande del mundo, canceló entre el domingo y el lunes al menos 850 vuelos con salida o llegada en los principales aeropuertos de la costa este y US Arways tuvo que dejar en tierra a los pasajeros de casi 800 aviones, mientras que American Airlines, United Airlines y Continental suspendieron cada una entre 100 y 250 vuelos.

50.000 HOGARES SIN LUZ Algunos intentaron llegar al trabajo en coche pero se encontraron con los accesos a los puentes que conectan la isla y las vías rápidas colapsados, mientras que el servicio de trenes, uno de los medios de transporte más utilizados por la gente para llegar a Manhattan, permanecía suspendido hasta nuevo aviso o sufría considerables retrasos, en algunos casos de más de dos horas.

Todavía pasarán semanas hasta que se conozca el impacto económico del temporal, que dejó sin electricidad al menos a 50.000 hogares en nueva York, Massachusetts y Rhode Island y obligó a emitir alertas en Boston, Filadelfia y zonas de Virginia y Maryland. La tormenta que cayó por estas fechas el año pasado costó a los comercios más de 1.500 millones de euros.