Casi tres semanas después de ser detenido por una pacífica protesta durante la cena de gala de líderes mundiales que se celebró durante la cumbre de Copenhague, el 17 de diciembre, el director de Greenpeace España, Juan López de Uralde, podrá recibir hoy la primera visita en la prisión donde se halla incomunicado y aislado. Su mujer, Koro Castellano, directora de la red social Tuenti, y su hermano han obtenido el permiso para verle en la cárcel danesa. Hasta ahora, el activista medioambiental solo había podido encontrarse con su abogado.

La visita se produce solo dos días antes de que, finalizada la investigación policial, tenga lugar la primera vista judicial de López de Uralde y los otros tres miembros de Greenpeace detenidos. "No ha sido fácil lograr el permiso", dijo ayer Mario Rodríguez, el director de campañas de Greenpeace.

Por eso, la oenegé medioambiental sigue manteniendo la presión sobre el Gobierno danés, con conferencias de prensa de su director mundial, el surafricano Kumi Naidoo, en los cuatro países de donde proceden los detenidos. Ayer, Naidoo hizo acto de presencia en Madrid, donde denunció que se está cometiendo "un atentado a los derechos humanos", además de un acto "desproporcionado, injusto, innecesario y completamente falto de compasión".

EXPLICAR LAS RAZONES Lo más incomprensible para Greenpeace es que la organización ha ofrecido toda la colaboración necesaria a la justicia danesa sin recibir respuesta alguna.

López de Uralde y los otros tres activistas (una noruega, un suizo y un holandés) se colaron hasta el vestíbulo del palacio donde se celebró la cena ofrecida por la reina de Dinamarca a los jefes de Estado presentes en la cumbre. Al ser detenidos, exhibieron unas pancartas en las que denunciaban la inactividad de los líderes mundiales en la lucha contra el cambio del clima.