La neumonía asiática o síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) ya se ha cobrado sus dos primeras víctimas políticas en China, origen de la enfermedad y principal foco descontrolado. El ministro de Sanidad, Zhang Wenkang, y el alcalde de Pekín, Meng Xuenong, fueron destituidos fulminantemente ayer. Pese a que el Gobierno chino no explicó las causas, es evidente que su marcha se produce por su pésima gestión de la epidemia que, según los últimos datos, ya ha matado a 203 personas en todo el mundo (167 en China --incluidas las 88 de Hong Kong--) y ha infectado a 3.800.

La destitución del alcalde de Pekín es especialmente importante pues en esta ciudad se habían escondido las cifras reales de afectados por la enfermedad. Además, Meng Xuenong está considerado como un protegido del nuevo presidente chino, Hu Jintao, que ordenó hace tres días el máximo de transparencia y eficacia en la lucha contra el SRAS.

El secretario de Estado de Sanidad, Gao Qiangan, reconoció la gravedad de la epidemia y reveló que sólo en Pekín el número de fallecidos se eleva a 18. y el de contagiados, a 339. Hasta ahora, las autoridades chinas habían minimizado el alcance de la enfermedad en la capital.

ENFERMOS ESCONDIDOS

El sábado, por ejemplo, el Ayuntamiento de Pekín hablaba sólo de cuatro muertos y 37 infectados. De hecho, los responsables de los hospitales militares de esta ciudad habían escondido a los enfermos en las horas previas a la visita de los inspectores de la OMS, que trata de coordinar la lucha contra esta enfermedad.

Quiang se mostró pesimista ante los periodistas, que acudieron a la rueda de prensa provistos de mascarillas, y no dudó en calificar la neumonía asiática de "auténtica tragedia". "La enfermedad es altamente contagiosa --añadió el secretario chino de Sanidad--. Se ha disparado el número de infectados en la capital".