Rosa Huguet, investigadora de la Universidad Rovira i Virgili, de Tarragona, lo relata con emoción: "La jornada del 27 de junio acababa de comenzar. Como es habitual, a las nueve de la mañana, los miembros del equipo de excavación se incorporaban a sus trabajos en los diversos yacimientos de Atapuerca. Fue muy rápido. No hacía ni 10 minutos que había comenzado a excavar cuando, de golpe y porrazo, vi que aparecía un diente. Enseguida llamé a los expertos que tenía a mi lado y vimos que se trataba de un molar humano".

El diente, por supuesto, no es un diente cualquiera: se trata del resto humano más viejo jamás hallado en Europa, con una antigüedad aproximada de 1,2 millones de años. "No te puedes imaginar el jolgorio y la excitación --dice desde Atapuerca uno de los tres codirectores del yacimiento, Eudald Carbonell--. La pobre Rosa pensaba al día siguiente que lo había soñado".

Los restos humanos más antiguos de Europa eran hasta ahora unos huesos de Homo antecessor hallados en 1994 (y también en años posteriores) en el yacimiento de Gran Dolina, en la misma sierra burgalesa. En su momento revolucionaron las tesis del poblamiento del continente porque tenían la friolera de 800.000 años de antigüedad. Ahora se ha retrocedido 400.000 años más.

ESTABA AL CAER El diente apareció a unos 20 metros de Gran Dolina, en la sima o trinchera del Elefante (TE). José María Bermúdez de Castro, también codirector en Atapuerca, explica que se trata del segundo premolar inferior de la mandíbula. "Está relativamente poco gastado, por lo que debió de pertenecer a un individuo de unos 25 años". Si se conoce la antigüedad no es por el propio diente, descubierto hace apenas tres días, sino porque la cronología del estrato donde ha aparecido había sido determinada con anterioridad gracias a pruebas paleomagnéticas y a los restos de fauna asociada. Carbonell lo explica claramente: "Apareciese lo que apareciese, fauna, humanos o herramientas, serían de esa época". "El diente es la confirmación de una sospecha que ya teníamos, porque en anteriores campañas habían aparecido herramientas de sílex con una antigüedad de 1,2 millones", recuerda Carbonell.

Huguet también estaba convencida de que este año tendrían suerte. En su tesis doctoral, presentada hace dos semanas, ya defendía la presencia de homínidos en Atapuerca de esa antigüedad a partir de dos indicios: los cortes observados en los restos de fauna, que presuntamente habrían sido consumidos por los homínidos, y la industria lítica.

"El hecho de que ahora haya surgido este molar es finalmente la prueba directa", dice. Desgraciadamente, un diente no da mucho más de sí. Bermúdez de Castro, por ejemplo, admite que es imposible determinar a qué especie pertenece. "La Sima del Elefante está muy cerca de Gran Dolina --afirma--, por lo que podría pensarse que es antepasado del Homo antecessor, pero todo son especulaciones".