La princesa Ana es desde ayer el primer miembro de la familia real con antecedentes penales. En un nuevo encontronazo entre los Windsor y la justicia, la hija de Isabel II hubo de presentarse en el tribunal de Slough (afueras de Londres), acusada de haber permitido que uno de sus perros mordiera a dos niños (en la foto de la derecha, Ana, seguida por su hijo y su marido, a su salida del tribunal, ayer).

El juicio, celebrado en una sala abarrotada de periodistas y policía antiterrorista, comenzó con la confesión de la procesada, quien se declaró culpable. La princesa estaba rodeada de guardaespaldas, abogados, expertos, sus dos hijos, Peter y Zara, y su marido, Tim Lawrence. La sentencia fue una multa de 789 euros (131.000 pesetas), 394 euros más de compensación a las víctimas y el pago de los costes del proceso (233 euros).

MULTA DE 1.350 EUROS

En total, la factura será de 1.350 euros (224.600 pesetas), una trivialidad, comparada con los seis meses de cárcel que le podían haber caído. El caso pasará a la historia como el del primer Windsor condenado por un delito y el primero en 100 años que comparece ante un tribunal.

Dentro de lo malo, la princesa respiró aliviada, ya que el juez le perdonó la vida a Dotty, su bull terrier inglés (en la foto de la izquierda, ambos). El abogado de la princesa alabó el carácter cariñoso de Dotty, mientras que el psicólogo canino recomendó al juez que preservara su vida.

El pasado mes de abril, en un parque, la perra se escapó del coche y se abalanzó sobre dos hermanos de 7 y 12 años. El menor sufrió rasguños y el mayor recibió un mordisco en la clavícula y otros dos en una pierna. Ambos necesitaron varios puntos de sutura. Ayer sus padres estaban indignados: "No se ha hecho justicia. El perro sigue en libertad y es un peligro".