La princesa Kiko, cuyo bebé esperado para septiembre podría ser futuro emperador de Japón, presenta síntomas de desplazamiento de placenta, según ha informado la casa imperial japonesa. La esposa del príncipe Akishino, hermano del príncipe heredero Naruhito, presuntamente tiene placenta previa, una complicación en la que la placenta se sitúa en un sitio más bajo de lo normal en el útero de la madre, según las fuentes. El bebé de la princesa Kiko, de 39 años, centra la atención en Japón pues en el caso de ser varón se convertirá en heredero del trono del crisantemo, después del príncipe Naruhito y de su padre, Akishino. Naruhito, de 45 años, es padre de una niña, Aiko, y las complicaciones de salud de su esposa, la princesa Masako, de 42 años, han puesto en riesgo la continuidad de la dinastía reinante más antigua del mundo, que lleva más de 40 años sin alumbrar un heredero varón. Los aparentes problemas de fecundidad de la actual pareja de príncipes herederos dieron lugar a un debate sobre la posibilidad de abolir la ley sálica, según la cual sólo los varones descendientes directos del emperador acceden al trono. El debate terminó cuando en enero de este año se anunció el embarazo de Kiko y se habló de la posibilidad de que sea varón. La princesa Kiko y el príncipe Akishino se casaron en 1990 y son padres ya de dos niñas, Mako y Kako, de 14 y 11 años, respectivamente.