No les molestó en su trabajo de limpieza de las playas. Al contrario. Los marineros y voluntarios de las Rías Bajas agradecieron al príncipe Felipe su viaje al epicentro del chapapote y aprovecharon para pedirle más medios.

Era casi innecesario formular la pregunta. Pero como Aznar había asegurado el sábado que no visitaba las playas para "no molestar", era obligado trasladar la cuestión. La respuesta fue unánime. Cinco voluntarias corearon en la lonja de Aguiño un sonoro "¡No! ¿Cómo nos va a molestar? Estamos encantadas".

Otra voluntaria, Ermi López Penad más reflexiva, argumentó que visitarlos "era su trabajo, su obligación". Respecto al presidente del Gobierno, dijo: "Es mejor que no venga; no queremos ni verle".

El Príncipe recorrió las zonas más afectadas por la marea negra y escuchó a todo el mundo. En la isla de Ons, los voluntarios le expresaron la desesperación que sienten al llegar y ver que la zona está igual que el día anterior, mientras le señalaban las grandes cantidades de fuel que siguen flotando en la playa de Canexol. Los vecinos de la isla le entregaron una carta en la que le reclaman más medios y le invitaron a regresar a la "fiesta de celebración" cuando esté limpio.

El Príncipe se despidió lanzando un mensaje: "Galicia no está sola. He venido ha mostrar la continuidad del apoyo de la monarquía a Galicia". Y otro a las fuerzas políticas: "Sigue siendo la hora de colaborar, de arrimar el hombro y de sumar esfuerzos".