El juez José Antonio Vázquez Taín ha decretado prisión sin fianza para Rosario Porto y Alfonso Basterra por el asesinato de su hija, Asunta Basterra, de 12 años, y que el domingo fue localizada sin vida en una pista forestal del municipio de Teo, e A Coruña. Ambos están imputados por homicidio.

Tras cinco horas de declaración, en la que en algunos momentos, los periodistas han podido observar, por una ventana abierta del juzgado, como la acusada respondía, entre sollozos y lamentos, a las preguntas del juez, este, con el visto bueno del fiscal, ha ordenado su ingreso en prisión. Poco después Vázquez Taín ha hecho lo mismo con el padre, con una declaración más breve. Ambos han sido conducidos en el mismo furgón policial al penal coruñés de Teixeiro.

Los abogados de ambos han comunicado al juez que dejan de asistir a sus representados, alegando "cuestiones técnicas" y de especialidad. Aunque ambos han estado presentes en el interrogatorio que se ha prolongado durante varias horas en la mañana de este viernes, el abogado de Alfonso Basterra, Roberto Goris, ha explicado que "no asistió" al detenido y que no es especialista en penal.

También el letrado que acompañó a la madre de la menor, Juan Guillán, se ha desvinculado de la defensa de Rosario Porto, con cuyo padre tenía una relación de amistad. Tanto Guillán como Goris, aunque ahora no pertenecen al mismo despacho de abogados, compartieron bufete en Santiago de Compostela.

La madre no ha confesado

Por el momento, no han trascendido demasiados detalles de la declaración, aunque algunas fuentes han asegurado a este diario que la madre no habría confesado los hechos. Ni se ha derrumbado en ningún momento. La mujer llegó a los juzgados de Santiago de Compostela, diez minutos después de las ocho de la mañana, en un coche camuflado de la Guardia Civil, con aspecto sereno.

Porto ha estado asistida por su abogado, Juan Guillén. Aunque la policía judicial de la comandancia de A Coruña de la Guardia Civil todavía no tiene finalizado el atestado policial, el juez Vázquez Taín ha ido esbrozando frente a la acusada las pruebas que, a día de hoy, la sitúan como la presunta autora del crimen de la pequeña Asunta. Le ha preguntado por las contradiciones en su declaración del sábado, cuando acudió con su exmarido, Fernando Basterra, a denunciar la desaparición de su hija. Le ha cuestionado cómo pudo asegurar haber dejado sola a Asunta en casa a partir de las siete de la tarde, cuando varias cámaras de seguridad las grabaron juntas en el coche de la madre, sobre las ocho de la tarde. También le han preguntado sobre la cuerda de empacar, naranja, con la que los asesinos ataron de pies y manos el cadáver de la menor, y que es idéntico a un ovillo de esa misma cuerda que había en la casa que los abuelos maternos de la pequeña tienen en el municipio de Teo, a escasos kilómetros de dónde fue hallado el cuerpo de la pequeña.

Testimonio de las profesoras

El juez ha repasado con la mujer su expediente médico, le ha preguntado por sus enfermedades, por la medicación que estaba tomando, y por esa semana que estuvo ingresada en la planta de un psiquiátrico de Santiago de Compostela. También le ha cuestionado sobre los incidentes del pasado mes de julio, cuando dos profesoras y una vecina vieron a la niña en extrañas circunstancias, "como drogada, adormecida, sin apenas poder hablar, ni aguantarse en pie", lo que podría indicar un intento previo de asesinato, tal y como en su edición de hoy viernes ha adelantado El Periódico. También le ha preguntado sobre su situación económica, sus problemas de liquidez, y cómo es que no podía hacer frente a simples recibos de las actividades extraescolares de la pequeña.

Vázquez Taín ha indagado en la relación de madre e hija, y sobre la relación sentimental con el padre que, tras meses separados, mantenían una excelente relación personal y ahora estaban intentado volver a rehacer la relación de pareja.