Hay en la Red dos muchachos enzarzados en un duro duelo. Uno se llama Stéphane Hessel , de 93 años y el otro es un tal Harold Camping , un arquitecto americano que ronda los 90. Si usted está leyendo estas líneas es que el tal Camping ha mordido el polvo, con perdón, puesto que lo que sostiene este hombre, después de haber investigado la Biblia por más de 50 años, es que el fin del mundo comienza justamente hoy, el 21 de mayo del 2011. Lo que no dice es la hora. Pero sí afirma, y lo cree mucha gente, que habrá un tremendo terremoto universal y que los muertos saldrán de sus tumbas. Y lo más grande es que dice sacar estas conclusiones de la lectura científica de la Biblia. Para que luego digan que los libros no hacen daño.

Por su parte, Hessel, en su librito Indignaos , del que ya se ha dicho casi todo, sostiene que lo que se ha acabado es el tiempo de la resignación. Yo, quizás porque me enseñaron a respetar y creer a mis mayores, más que a Camping creo y respeto a Hessel, que es tres años mayor. Sus palabras han sido el detonante que ha movilizado a toda una generación, la excusa ideal para echarse a la calle a reclamar un mundo distinto, más justo y equitativo. Ya veremos en qué acaba esto, pero por lo pronto ha hecho que para muchos, entre los que me cuento, la masa no solo sea el increíble Hulk sino también una increíble y esperanzadora arma cargada de futuro.

De modo que así se presenta la jornada de reflexión: entre la crisis y el Apocalipsis. En cualquier caso, puestos a elegir, yo me quedo con Stephen Hawking , que tampoco es ya ningún niño, y que asegura que el espacio-tiempo tuvo un principio y tendrá un final, pero tranquilos que no está escrito en las páginas de ningún libro ni en la lengua alucinada de ningún profeta.