En el programa educativo europeo Erasmus han participado más de un millón y medio de estudiantes desde su nacimiento hace 20 años, y la Comisión Europea espera que se alcancen los 3 millones de alumnos en 2012. Erasmus acogió a 3.244 alumnos en su primer curso, en 1987, y esta cifra ha aumentado hasta los 23.000 participantes del año pasado.

Actualmente hay 2.199 centros universitarios adscritos a esta iniciativa en 31 países: la Unión Europea de los 27, Liechtenstein, Noruega, Turquía e Islandia y son los franceses, alemanes y españoles, en este orden, los que más se han beneficiado. En los 20 años de vida del programa educativo, casi 220.000 franceses, los más "erasmus" de la UE, han estudiado en otro país, y más de 190.000 españoles han optado a una beca de movilidad europea.

España es el tercer país de la Unión Europea en el que más alumnos participan en este proyecto, y por cuarto año consecutivo es el primer país en la acogida de estudiantes extranjeros, 70.000 entre 2002 y 2005. Dos estudiantes que obtuvieron una beca Erasmus en el curso 2005/2006, Argemino Barro y Nuria Ballano, creen, según dijeron a Efe, que el éxito del programa radica en que "conoces a mucha gente" y "haces amigos". Además "se conoce otra cultura y otro país" y tiene el valor añadido de "aprender un idioma y estudiar en otra Universidad", explicaron. Disfrutar del programa Erasmus "enriquece en todos los sentidos", según Barro, estudiante de periodismo, quien "volvería a hacerlo sin duda". Ballano cree que el Erasmus "te abre la mente" y es una experiencia "muy positiva" y, por supuesto, "repetiría", al igual que la mayor parte de los estudiantes que han podido participar en el programa.

El programa Erasmus también ofrece la posibilidad de visitar otros países del entorno europeo a los docentes universitarios, pero éstos son mucho menos que los alumnos. Desde 1997 a 2005 han participado en el Erasmus algo menos de 12.000 profesores frente a más de 800.000 estudiantes. El programa es el primero centrado en la educación universitaria y sus objetivos son los de promover la movilidad de los alumnos y de los docentes, crear una red de cooperación universitaria y hacer posible que los estudios en el ámbito europeo sean homologados y reconocidos en todos los países miembros. Actualmente, es una herramienta más del proceso de Bolonia, cuyo objetivo es la creación de un espacio educativo superior común en la UE para el año 2010.