En el mundo del arte ya nada está prohibido. Ni siquiera tocar. Al menos, no en las obras del artista onubense Simón Peña ´Malatesta´, que ayer demostró en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Mérida su peculiar manera de pintar los cuadros en el siglo XXI. Abanderado del tact art , inauguró ayer en la región su original muestra itinerante San Miguel Hernández y Otros Apóstoles , una exposición que rinde homenaje a la vida y obra del poeta Miguel Hernández a través de obras pictóricas que el público puede tocar con sus propias manos para experimentar originales sensaciones.

Una exposición en la que la poesía se une con la música y los sentimientos más abstractos para perfilar una sutil relación del arte con lo humano que el público podrá comprobar mediante un recorrido por dos salas diferentes. La primera plantea la muerte del poeta y su paso a la eternidad, por lo que sus visitantes --totalmente a oscuras-- percibirán contenidos a través del tacto y el oído que nadie explica para que cada uno saque sus propias conclusiones. Y en la segunda, iluminada, el público podrá reencontrarse con la poesía de Miguel Hernández, especialmente con la que Joan Manuel Serrat hizo música.

Así, "si ya de por sí el arte es subjetivo e individual, si la visión de un mismo cuadro nos supone a cada uno infinitas reacciones, las obras de tact-art que ofrece Malatesta son aún más libres para escapar de la adjetivación fácil, obligándonos a encontrar un sentido a lo que nuestras manos tocan", señaló la consejera de la Junta de Extremadura, Manuela Holgado --que asistió al acto de inauguración junto al artista, la directora general de Patrimonio Cultural, Esperanza Díaz, el director general de GPEX, Jaime Ruiz Peña y el alcalde de Mérida, Angel Calle--.

"Lo diferente aquí tiene cabida y entre nosotros (los extremeños) además tiene defensa", aseguró Holgado afirmando que "no es solo que este arte sea positivo por facilitar el acceso a los discapacitados, sino que además, para el resto, supone un estímulo para los sentidos".

La exposición San Miguel Hernández y Otros Apóstoles forma parte de una trilogía que Malatesta comenzó a elaborar en 1996 y que se completa con un homenaje a Juan Ramón Jiménez y una dedicación especial a la cultura de la República. Malatesta nació en Huelva en 1948 bajo el signo de la emigración. Después de vivir en Madrid y en diversos países europeos como Holanda, Italia o Yugoslavia, en 1992, con el primer manifiesto de tact art , empezará a ver culminadas sus obsesiones artísticas con muestras como esta que dedica a Miguel Hernández, que estará disponible en el Palacio de Congresos de Mérida hasta el 27 de septiembre y que ya ha pasado con éxito por ciudades como Barcelona, Santander, Madrid y Bilbao.