Es un secreto a voces, conocido tanto por trabajadores sociales como por agentes policiales. Decenas de niñas que se escapan de los centros de protección en los que están ingresadas son prostituidas en Palma, en la mayoría de casos a cambio de pequeñas cantidades de dinero o regalos, según informa Diario de Mallorca.

Los expertos llevan años alertando de este fenómeno en informes internos, sin que los responsables del Institut d’Afers Socials (IMAS), el organismo responsable de estas menores, hayan tomado medidas efectivas para ponerle freno.

«NEGLIGENCIA ABSOLUTA»/ «Hay una negligencia absoluta por parte de los servicios sociales», comenta un agente policial que ha investigado estas prácticas. Son muchos los casos en los que, tras una fuga de menores de los centros de protección en los que están acogidos, se ha averiguado que las niñas han sido prostituidas por adultos. «Los trabajadores lo denuncian, pero cuando llega a los nIveles superiores del IMAS los casos se minimizan, porque no tienen medios para evitarlo. Prefieren mirar para otro lado».

El caso de la niña de trece años que denunció haber sufrido una violación grupal en Palma la pasada Nochebuena ha destapado este fenómeno. La menor relató en su denuncia que tras fugarse ese día del centro de menores en el que estaba ingresada, recibió varias ofertas en un bar para prostituirse, antes de dirigirse al piso de Corea donde sufrió la agresión sexual, por la que la Policía Nacional ha detenido a siete menores y un adulto. Diario de Mallorca ha contactado con varios trabajadores de este ámbito. Y todos coincidieron en que se trata de una práctica extendida desde hace años. «No podemos hablar de una red organizada de prostitución», explica uno de estos expertos. «Se trata de una conducta normalizada por parte de estas menores, que no son conscientes de que abusan de ellas».

MENORES VULNERABLES/ Se trata, en la mayoría de los casos, de niñas de catorce y quince años que han sido apartadas de sus familias porque han sufrido abusos sexuales o desatención grave. Las menores son ingresadas en distintos pisos, tutelados tanto por entidades privadas como públicas. Son centros abiertos, de los que resulta fácil fugarse. En muchos casos, las menores son captadas por sus propias compañeras. Los trabajadores explican que tras fugarse suelen reunirse en la Plaza de España y en la Estación Intermodal. También hay varios pisos okupados en Palma donde se refugian, y donde consumen alcohol y drogas. Pero de las declaraciones de los menores cuando regresan se desprende que también hay varios domicilios ­en Son Gotleu, Camp Redó y en los alrededores de la Plaza Madrid, donde las menores son prostituidas por adultos.

Los expertos han constatado que las niñas son a veces seducidas por chicos, a los que envían para que contacten con ellas. «Son menores muy vulnerables, con historias terribles detrás y muy necesitadas de afecto». La mayoría tienen trastornos y una conducta hipersexualizada. No hay medidas concretas.