Hay más métodos que la cirugía para evitar complejos y ser feliz. Bajo esta premisa, varios psicólogos mostraron ayer sus recelos sobre la chocante técnica puesta a punto por Luis de la Cruz, jefe de cirugía plástica de la Clínica La Luz de Madrid, que mediante la colocación de una prótesis de silicona en la cabeza ha logrado que 19 personas hayan crecido hasta en cinco centímetros para acceder a trabajos como azafata, policía o bombero, o superar algún complejo.

"La cirugía se ha convertido en un nuevo poder, a veces con efectos adversos, para solucionar complejos, necesidades u optar el trabajo que se cree que te va a dar la felicidad. Estamos luchando contra natura constantemente y esto es una locura", lamentó Julia Vidal, jefa del Centro de Psicología Area Humana de Madrid. Sin entrar en riesgos físicos, la experta advirtió de que hay millones de personas bajas sin complejos y que pueden ser más felices en trabajos para los que no se precisa talla. Por contra, los cirujanos mostraron su respaldo, en principio, a esta "técnica imaginativa", con cierto parentesco con otras usadas.