TAt mi hijo y a sus colegas les han cortado la luz de su local de ensayo por impago. Al PSOE de Plasencia también les han cortado la luz del local por no pagar... Bueno, la luz, el teléfono, el agua, internet... Pero mientras mi hijo y sus colegas no son más que los Mandanga, un humilde grupo cacereño de death-metal , el PSOE placentino es el partido que gobierna una ciudad de 38.000 habitantes. Que les corten la luz a los Mandanga entra dentro de lo razonable y si algún día son famosos, hasta podrán ponerlo en su currículo como una garantía de tíos duros. Pero que se la corten al PSOE placentino sólo quiere decir que por más visitas de consejeros y llamadas al orden que reciban, aquello sigue siendo un desmadre político de aquí te espero.

En el PSOE de Plasencia juegan a llevar la contraria: mientras los del PP se enzarzan entre ellos tras haber perdido el poder, los socialistas del Jerte se pelean después de alcanzarlo, cierran la sede por impago y culpan a los concejales fieles a la alcaldesa de no pagar al partido lo que debieran. A mí, como padre de un Mandanga, no me preocupa que mi hijo y sus colegas se queden sin luz. Es lo propio en un rockero. Pagan una cuota extra, aunque no sean concejales, y se la vuelven a conectar. A Cándido Cabrera, que es algo así como el padre de los socialistas placentinos, sí le inquieta tanto impago y tanta tensión y ha asegurado que la situación le ruboriza y que no ha visto nada igual en su vida. Yo sólo veo una solución a la crisis: que gobiernen Plasencia los Mandanga. Ellos, al menos, pagan los recibos.