La insuficiencia respiratoria, ese angustioso ahogo que sufre casi un 20% de los fumadores de larga trayectoria, podría tener su balón de oxígeno en un aparato del tamaño de dos paquetes de cigarrillos y 300 gramos de peso, llamado pulmón bioartificial, diseñado para suplir durante periodos de hasta dos meses a unos pulmones agotados. La idea es que el enfermo portador pueda estar en su domicilio, pero con mucha más movilidad de la que le dispone cuando está sujeto a una columna de oxígeno, la solución habitual en la actualidad.

El aparato, inédito en España, fue presentado ayer por el nuevo cirujano torácico del Hospital Clínic, Paolo Macchiarini, un italiano formado en Hannóver (Alemania), que llega a Barcelona con la misión de ensayar, primero en cerdos y el año que viene en humanos, una doble función para el pulmón bioartificial: la de eliminar el exceso de anhídrido carbónico (CO2), que intoxica la sangre de quien sufre insuficiencia respiratoria, y la de fomentar que los pulmones recuperen su función de captar oxígeno y llevarlo a la sangre.

En Alemania han experimentado, con éxito, la primera de esas funciones, explicó Macchiarini. "Este hospital será el primero de Europa en ensayar el pulmón bioartificial como oxigenador y liberador de CO2 al mismo tiempo --dijo--. El único requisito es que el enfermo conserve sano el corazón, ya que debe tener fuerza para impulsar el bombeo de la sangre".

El pulmón bioartificial consta de un cuerpo y dos cánulas: una se insertará en la arteria subclavia, a la que llevará sangre oxigenada, y otra a la vena subclavia, de la que captará la sangre intoxicada con CO2.

Su colocación sólo exigirá anestesia local. "La idea es proteger al pulmón cuando no puede atender la función respiratoria. Hasta ahora, la ventilación artificial sólo se ha aplicado a enfermos en coma que están en UCI, una alternativa traumática para situaciones terminales, ya que anula la posterior recuperación de la respiración espontánea".