La feroz batalla por mantener con vida a Terri Schiavo, una mujer que lleva 15 años en estado vegetativo en un hospital de Pinellas Park (Florida), llegó ayer hasta el Congreso de EEUU. La mayoría republicana empleó la maniobra de abrir una investigación y citar a Terri a declarar a finales de mes, para impedir que a la una de la tarde de ayer (siete de la tarde en España) se retirase el tubo que la alimenta, como había ordenado el juez que lleva el caso, George Greer. Sin embargo, tras apenas una hora de suspensión de esa orden, el magistrado la reafirmó y el tubo fue retirado a las cuatro.

"No encuentro razones convincentes sobre por qué debe intervenir el Congreso", recalcó el juez Greer, de Pinellas. Terri podría tardar una o dos semanas en fallecer si no vuelve a ser conectada al tubo de alimentación, como sucedió en el 2001 y el 2003, durante la furiosa batalla entre su esposo y tutor legal, Michael Schiavo, que pide su desconexión, y sus padres, Robert y Mary Schindler, que abogan por seguir alimentándola. La pugna involucró no sólo a los tribunales de Florida, sino también al gobernador, Jeb Bush, a la legislatura estatal y hasta al Tribunal Supremo en Washington.

Ayer el comité de Salud del Senado y el comité de Gobierno de la Cámara de Representantes en Washington saltaron a la melée legal en que se ha convertido el caso Schiavo. Ambos están dominados por la mayoría conservadora que controla el Congreso, y enarbolaron el derecho a la vida de la enferma, un tema que apoyan con furia los votantes que los respaldan.

"La lucha no ha terminado", declaró el representante republicano Thomas Davis, que preside el comité de Gobierno de su Cámara. "Nuestra investigación debería dar esperanzas a Terri, sus padres y amigos, y a millones de personas de todo el mundo que rezan por su seguridad", añadió.

Este comité citó ayer judicialmente a declarar, el 25 de marzo, a Terri, su esposo, Michael, y tres de sus cuidadores, mientras que el comité de salud los citó para tres días después. No quedó claro dónde tendrían lugar las audiencias o si Terri podría ir.

Testigos protegidos

Las leyes federales protegen a los testigos citados "de cualquiera que influya, obstruya o impida una investigación", explicó el líder de la mayoría republicana en el Senado, Bill Frist, que además tildó de "barbarie" la retirada del tubo que la alimenta. "Está tan viva como ustedes y yo, y tenemos la obligación moral de protegerla".

De esta forma, el Congreso trató de bloquear la retirada del tubo de alimentación de Terri. "Impedir a alguien que cumpla con la citación judicial sería rebelarse contra el Congreso", recalcó David Gibbs, abogado de los padres de la enferma. Inmediatamente, el letrado del marido, George Felos, replicó: "El estado no es dueño del cuerpo de Terri y el Congreso no puede ordenar simplemente que siga viva, en contra de su tratamiento médico, sus deseos y una orden judicial".