Los viejos termómetros de mercurio son totalmente seguros y no ocasionan ningún problema para la salud, pero si alguien quiere deshacerse de ellos debe llevarlos a un centro de recogida especial (por ejemplo, a un punto verde). En caso de que esté roto y el metal líquido haya caído al suelo, lo que hay que hacer es recogerlo con un cuentagotas.