Juan Arroyo y Juan Moya son dos extremeños radicados en Barcelona, donde llevan una empresa que acaba de presentar un sistema que salvará muchas vidas de motoristas en la carretera. Juan Arroyo es natural de Montánchez, Cáceres, y llegó a Barcelona con 15 años en el 1971, con una guitarra y billete de autobús para trabajar en la metalurgia. Su amigo de la infancia Juan Arroyo, militar en la reserva, es de Mérida y le siguió hasta Cataluña cuatro después.

Con el tiempo, Arroyo montó su propia empresa, Vialtech, dedicada a fabricar materiales para la señalización de carreteras, a la que Arroyo se sumó como asesor en seguridad vial, y su hijo como coordinador de márketing.

El pasado día 12 de febrero hicieron el primer ensayo de su novedoso dispositivo de seguridad vial, denominado sistema Bahía, con el que pretenden acabar con las muertes y las amputaciones derivadas de los accidentes de motocicletas en carretera, en los que el conductor choca contra los quitamiedo o guardarraíles.

Estos extremeños que triunfan como empresarios emprendedores en la diáspora ensayaron su sistema el pasado 12 de febrero para cumplir con la normativa UNE 135/900, y que evita el 100% de las amputaciones que actualmente se pueden producir con otros materiales.

Se trata de un novedoso dispositivo que "no requiere mantenimiento y que tras las pruebas de impacto a 60 kilómetros por hora, el material utilizado se mantiene en una pieza, pudiendo soportar impactos reiterados en el mismo tramo", aunque este aspecto seguirá evaluándose en próximos ensayos, según explican sus promotores.

El sistema Bahía es una barrera continua formada por una estructura metálica interna y un cuerpo amortiguador de plástico externo que quedan sujetos a la barrera de seguridad o guardarraíl por unos anclajes metálicos y unas pletinas.

Este invento supone el primer paso de Vialtech por conseguir una mejor seguridad vial para los conductores de motos, que casi en el cien por cien de los casos en los que colisionan con tras los guardarraíles normales, mueren o sufren la amputación de algún miembro.

En la actualidad Juan Arroyo y su amigo Juan Moya trabajan en otros cinco proyectos que tienen en desarrollo para dar solución a otros peligros en las carreteras para los que aún no existen ni normas para homologarlos, con el fin de que ir en moto "no sea cosa de locos".

Polietileno

En cuanto al sistema Bahía, toda la estructura metálica interna del mismo queda recubierta de polietileno, un plástico de densidad media, quedando en la cara exterior solo el material inofensivo incluso para colisiones a altas velocidades, debido a sus cantos redondeados y a que no tiene aristas que corten o dañen el cuerpo del motorista accidentado cuando colisiona contra él.

Su forma está diseñada para reconducir longitudinalmente cualquier cuerpo que impacte contra ella, evitando, además de amortiguar el golpe y de absorber el impacto, que el cuerpo rebote y vuelva de nuevo a la carretera, con el consiguiente peligro de ser atropellado por otro vehículo que circule en ese momento, y reduciendo su velocidad hasta quedar parado.

En el interior del conjunto hay una cámara de aire que da resistencia a la estructura y le da tal capacidad de amortiguación que los impactos a alta velocidad se absorban con la menor comprensión posible.