La radiactividad en el agua corriente de Tokio continuó hoy por tercer día consecutivo en niveles seguros para su consumo incluso por parte de bebés, informó el Gobierno metropolitano de la capital nipona. Las mediciones en la planta depuradora de Kanamachi, que surte al centro y el oeste de la ciudad, detectaron hoy 34 becquerel de yodo radiactivo por kilo, muy por debajo de los 210 becquerel por kilo anunciados el pasado miércoles en ese mismo lugar. El nivel de hace cuatro días llevó a las autoridades tokiotas a pedir que no se suministrara agua del grifo a los niños menores de un año, aunque un día después la concentración de yodo radiactivo ya había descendido a 79 becquerel por kilo. El límite considerado seguro para bebés es de 100 becquerel por kilo, mientras que para los adultos es de 300 becquerel por kilo. Pese a los llamamientos a la calma del Gobierno, los avisos sobre la radiactividad llevaron esta semana a que los residentes de Tokio agotaran buena parte de las existencias de agua mineral de la ciudad y las autoridades pidieran a las empresas embotelladoras un aumento de la producción. Además, los responsables municipales repartieron 240.000 botellas de 550 mililitros a las familias de unos 80.000 bebés de Tokio y cinco ciudades cercanas. Pese al descenso en el nivel de radiación del agua corriente en la capital, continúa la preocupación por las filtraciones radiactivas en la central nuclear de Fukushima Daiichi, afectada gravemente por el terremoto y tsunami de hace quince días. Hoy, la Agencia nipona para la Seguridad Nuclear informó de que en muestras de agua marina recogidas a unos 330 metros de un desagüe de la central se ha detectado un nivel de yodo radiactivo 1.250 veces superior al máximo considerado seguro.