TPtarece paradójico. Se sabe que la exposición a radiaciones ionizantes, como los rayos X o las radiaciones emitidas por las sustancias radiactivas, puede aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer, pero ese mismo tipo de radiación, administrada de forma controlada y localizada, constituye la base de la radioterapia, una de las principales herramientas con las que cuenta la medicina para el tratamiento de las enfermedades oncológicas. Más de la mitad de las personas con cáncer reciben algún tipo de radioterapia, sola o en combinación con otros tratamientos. Según el informe de 2008 del Comité Científico de Naciones Unidas sobre los Efectos de la Radiación Atómica, anualmente se realizan más de 5 millones de tratamientos de radioterapia en el mundo, principalmente en países desarrollados.

¿Cómo es posible que en algunos casos la radiación pueda causar cáncer y en otros ayude a curarlo? La explicación de esta aparente paradoja es fácil de entender: al atravesar los tejidos, la radiación produce distintos daños en el interior de las células; cuando la dosis de radiación es baja, como ocurre normalmente en las exposiciones radiológicas, las células irradiadas pueden reparar sus daños sin que éstos tengan por lo general ninguna repercusión posterior. Sin embargo en ocasiones la reparación no es perfecta, la célula sobrevive con pequeños daños en sus "instrucciones de funcionamiento", y una acumulación de estos daños puede desembocar en una célula tumoral. La radioterapia, en cambio, administra dosis elevadas de radiación que destruyen o impiden la multiplicación de las células tumorales. Aunque no es posible evitar totalmente la irradiación de las células sanas, la Radiofísica permite calcular la distribución de dosis en cada órgano y buscar la manera óptima de efectuar la irradiación, por lo que si el tratamiento se diseña cuidadosamente y se administra con precisión, es posible destruir las células cancerosas sin causar daños excesivos a los tejidos circundantes, permitiendo así su recuperación. Por otra parte, los resultados clínicos de largos años de radioterapia muestran que la probabilidad de eliminar el cáncer existente es mucho mayor que la de inducir uno nuevo.

XDESDE SUSx inicios a principios del siglo XX, la radioterapia ha experimentado un desarrollo tecnológico constante con el objetivo de compatibilizar la administración de una dosis elevada de radiación en el lugar preciso con dosis cada vez más bajas en los tejidos sanos, y de esta manera poder aumentar la eficacia del tratamiento y reducir sus efectos secundarios. En la última década, la evolución de los aceleradores lineales de electrones para radioterapia y las mejoras en los sistemas de cálculo de dosis y planificación de tratamientos han permitido a los facultativos especialistas en radiofísica hospitalaria, que diariamente realizan una labor asistencial en los hospitales desconocida para la mayoría de la población y de gran responsabilidad en el resultado final del control de la enfermedad, proporcionar soluciones para poder llevar a cabo los tratamientos prescritos por el oncólogo radioterapeuta reduciendo de forma sustancial los efectos secundarios asociados a la radiación, en particular en los tratamientos más complejos.

Junto con la ingeniería del sector, esta especialidad de la Física aplicada ha contribuido al desarrollo e implementación de nuevas técnicas que hoy forman parte de la cartera de servicios de muchos centros públicos y privados de nuestro país, como la radioterapia de intensidad modulada, la arcoterapia volumétrica o la radioterapia guiada por imagen. Sin embargo, la percepción del alto coste económico de los nuevos equipos desarrollados para aplicar estas técnicas de tratamiento junto con los sistemas de cálculo asociados, comparable por otro lado al de otros procedimientos médicos, supone un problema importante pero necesario de abordar en la lucha contra el cáncer en nuestra comunidad.

*El artículo lo firman Pedro Almendral Manzano, Daniel Roberto Domínguez y José Manuel Ordiales Solís, especialistas en radiofísica hospitalaria del SES.