El novillero pacense Rafael Cerro, que ayer actuó en la tercera y última novillada de la Feria de San Isidro de Madrid, le brindó su primera faena a su apoderado Ortega Cano, y lo hizo usando los micrófonos de Digital Plus para mandar una escueta y bonita dedicatoria a su mentor estos momentos tan difíciles por los que está atravesando: "no hay palabras. Le quiero mucho maestro. Va por usted". Antes de hacer el paseíllo también le dedicó unas emotivas palabras.

En lo artístico, que hacía su debut en las Ventas, apenas pudo pasar de voluntarioso con su primer novillo, y aunque dejó interesantes detalles, sin embargo, no llegó a redondear faena. Mató de una estocada y saludó una ovación tras un aviso.

Por otra parte, otro extremeño, Talavante salió ayer a hombres de Aranjuez, donde se lidiaron reses de del Río, aceptablemente presentados, nobles y de buen juego en líneas generales. El único que desentonó, el parado quinto. Enrique Ponce, oreja y oreja tras aviso. Sebastián Castella, oreja tras aviso y ovación. Alejandro Talavante, oreja y dos orejas tras aviso.