TEtste año, en la comida navideña de la familia de Rajoy tiene que haber más tensión que en el box de McLaren-Mercedes un día de carreras. Todos los parientes cenando juntos y mirándose de reojo sabiendo que Mariano ha jodido bien a su primo el físico contando a toda España sus teorías sobre el calentamiento global. Me imagino a todos los comensales en silencio hasta que Rajoy se decida a romper el hielo y comente, por ejemplo, al probar el pavo relleno: "cuidado, que la carne está muy caliente", y su tía, la madre del primo físico, le responda: "sí, sí, déjalo reposar, que lo mismo dentro de 300 años ya está frío", y Rajoy: "me habéis malinterpretado", y Esperanza Aguirre , invitada, que sale al quite: "yo suscribo tus palabras, Mariano". Total, calentamiento global asegurado. Y hablando de calentamientos, esta semana se ha convocado en Chile un certamen internacional de orgasmos fingidos a fin de buscar a la mujer que mejor simula estos menesteres. Aseguran los organizadores que para seleccionar a la ganadora se contará con un jurado especializado y recomiendan a las participantes que, para ser más creíbles, lo mejor son dos grititos cortos y uno largo. No sé si los criterios que siguen los expertos para decir estas cosas están fundamentados en las apreciaciones de algún pariente físico, pero imagino que aquí, como en el cambio climático, cada uno debe tener sus teorías. Lo mismo si Mariano hubiera dado dos grititos cortos y uno largo al hablar de su primo todos le hubieran creído y cuento todo esto porque parece que para Rajoy el calentamiento global es como un orgasmo fingido: mucho ruido y pocas nueces. Lo mismo que me parecen a mí el Príncipe de Asturias de Cooperación o el Nobel de la Paz concedidos a Al Gore .