Una tromba de agua sorprendió el sábado por la noche a una pareja de jóvenes de Sant Joan Despí, en la provincia de Barcelona. La joven, de 20 años, seguía anoche desaparecida. Los dos se dirigían en coche al cámping Mas Ferraguer de Sant Llorenç d’Hortons para participar en una celebración familiar. Estaban a punto de llegar cuando se dieron cuenta de que la ruta que su teléfono móvil había escogido les obligaba a cruzar por una riera que bajaba con fuerza. El coche embarrancó y se caló. Desde dentro llamaron al 112 para pedir auxilio. Comenzó a entrar agua en el vehículo y, al parecer, salieron fuera a través de las ventanas antes de que llegara el rescate. La corriente se los llevó a los dos. En pocos minutos la tromba de agua arrastró también el coche.

Al joven, de 19 años, los equipos de emergencia lo localizaron sano y salvo poco después, a unos 200 metros de la zona. El coche apareció ayer por la mañana a más de un kilómetro del punto en el que se paró. La chica, de 20 años, seguía anoche desaparecida. Las posibilidades de que aparezca con vida, a pesar de los esfuerzos de los equipos de emergencias y de los familiares y amigos que se han desplazado hasta Sant Llorenç, son cada vez más escasas.

Los Bombers de la Generalitat coordinan un dispositivo que cuenta con efectivos de los Mossos d’Esquadra, de los Agents Rurals, ADF’s, Protecció Civil, SEM y policías locales. Los perros de rastreo de los bomberos han recorrido sin suerte la orilla del torrente y sus submarinistas han buceado por las zonas más profundas de una riera que horas después había recobrado su aspecto inofensivo.

En Sant Llorenç conocen este torrente como la Rierussa y, según relata Montse, una vecina del pueblo, ha dado más de un susto en el pasado. En el municipio todavía se habla del incidente que vivió Pere con su carro tirado por un caballo hace «unos 50 años». Se lo llevó el agua pero se salvó al engancharse por fortuna en una rama.

Menos fortuna/ En el 2005 dos cazadores tuvieron menos fortuna. A pesar de que iban a bordo de un 4x4 una crecida de la Rierussa se los llevó por delante. El cuerpo de uno de ellos apareció al cabo de varios días en el río Llobregat, a la altura de Sant Vicenç dels Horts. Para llegar hasta allí tuvo que superar el salto de Can Raimundet -una pequeña cascada de unos cuatro metros- y ser arrastrado a través del río Anoia.

Carles Martín, geólogo de la Universitat de Barcelona y residente en Sant Llorenç, explica que se trata de un curso fluvial que recoge precipitaciones de distintos puntos que terminan coincidiendo cerca de la Masia de Can Esteve, en Masquefa. Cuando esto ocurre puede llegar a Sant Llorenç multiplicando su caudal habitual. «El problema», aventura el profesor Martín, es que la gente acostumbra a confundir el hecho de que no llueva en el instante en que deciden cruzar la Rierussa con la certeza de que ya no entraña ningún peligro. Es un «error» porque a veces se crea algún tapón «de cañas o ramas» y el agua «se acumula». Cuando esta barrera natural cede, el agua aparece en tromba.

Perímetro ampliado / Los bomberos decidieron al mediodía abrir el perímetro de trabajo para encontrar a la joven hasta Martorell, poco antes de que el Anoia se mezcle con el Llobregat. Horas más tarde, el conseller de Interior, Jordi Jané, explicó que los equipos de rescate consideraban necesario inspeccionar el curso entero, hasta el delta del Llobregat. Según detalló Jané, se divisó un parachoques cerca de Molins de Rei y se sospecha que podría tratarse de una pieza que pertenece al coche siniestrado. El dispositivo para encontrar a la joven aflojó la intensidad durante la noche pero se esperaba retomar plenamente de nuevo hoy con la salida del sol.

Jané hizo un llamamiento a no confiar ciegamente en las rutas que proponen los dispositivos móviles con GPS porque en casos como este se demuestra que señalan el trayecto más corto pero no el más seguro. Los jóvenes, siguiendo las indicaciones de su teléfono, dejaron la autopista antes de la salida de Sant Llorenç para llegar a este municipio desde Martorell, pasando por Sant Joan Samora. Por desgracia, cuando ya estaban a punto de llegar, la Rierussa se cruzó en su camino. Las marcas de fango que ayer podían observarse en el punto exacto en el que su automóvil fue embestidos por el agua prueban que la noche anterior el nivel de este torrente superó los dos metros de altura. Volvió a ser el mismo que se llevó a los cazadores en el 2005.