Los McCann reaparecieron esta semana por sorpresa frente a los medios de comunicación en un viaje relámpago de un día a Lisboa y con su estilo particular: sin escatimar recursos y recordando a las editoriales que la publicación de cualquier versión contenida en el libro que los inculpa en la desaparición de su hija Madeleine (escrito por el exinvestigador del Caso Gonzalo Amaral) tendrá consecuencias legales y económicas.

Gerry y Kate McCann dijeron el miércoles pasado en una rueda de prensa que desean que se retome la investigación sobre la desaparición de su hija en Portugal, ya que están convencidos --según explicaron-- de que la pequeña Madeleine continua con vida. "Queremos mejorar la búsqueda para encontrar a Madeleine, independientemente de que se reabra el caso o no", dijo la madre que regresó por primera vez a Portugal desde que salió del país cuando fue declarada sospechosa, junto a su esposo, a finales del 2007.

Sentimiento maternal

La mujer, que no evitó el llanto, dijo que regresar a Portugal había sido "duro pero positivo", ya que confió en que su visita contribuya a que la opinión pública no se olvide de su hija desaparecida.

Los McCanan aprovecharon la ocasión para ratificar algunas advertencias a los medios de comunicación. Los abogados de la pareja explicaron que ya han informado a las editoriales internacionales que la circulación del libro de Gonzalo Amaral, el jefe de la investigación destituido, ha sido prohibida cautelarmente por los juzgados portugueses este mes y que no se puede publicar su contenido en Portugal.

Amaral no deja dudas en su libro de que los McCann mataron accidentalmente a Madeleine y fingieron un secuestro para evitar la cárcel en el 2007. La pareja demandó a Amaral por 1,2 millones de euros y dijo que el exinvestigador deberá pagar unos 1.000 euros por cada vez que manifieste en público su tesis.