Tras la negativa hace siete años, durante el Ejecutivo presidido por José María Aznar, el Ministerio de Justicia ha reconocido finalmente el budismo como religión de "notorio arraigo" en España. El nuevo estatus significa que tendrá reconocimiento oficial y --al igual que las confesiones católica, protestante, musulmana, judía, mormona y Testigos de Jehová-- podrá firmar acuerdos con el Estado para la protección jurídica de lugares de culto, la asistencia religiosa en centros y establecimientos públicos, la enseñanza en centros docentes y beneficios fiscales aplicables a bienes y actividades.

Justicia ha tomado la decisión tras el acuerdo de la Comisión Asesora de Libertad Religiosa, que ha tenido en cuenta el número de practicantes, su difusión en España, el tiempo de presencia en el país y su representatividad social, según fuentes del departamento de Mariano Fernández Bermejo.

"Iniciaremos conversaciones con el Gobierno que surja de las urnas en marzo, incluso con vistas a obtener una casilla en el 0,7% del IRPF como están negociando los evangélicos", anunció Jordi Gómez, secretario de la Federación de Comunidades Budistas de España (FCBE), que agrupa a las ocho comunidades o tradiciones existentes en España.

Sus responsables cifran en unos 80.000 el número de practicantes y en más de 200.000 los simpatizantes de esta religión no teísta, que ha logrado "reconocimiento moral ante la sociedad española". En Cataluña se ubican 45 centros de un total de los 150 existentes en España. Se calcula que en Europa hay en total dos millones de practicantes budistas, lo que supone que en los últimos 25 años han multiplicado por 10 su presencia en el continente. A la cabeza figura Francia, con 450.000 fieles.

La religión budista viene registrando en España un crecimiento anual de entre el 5% y el 10% desde hace 20 años, según la FCBE.